Cada estilo responde a una intención emocional y comunicativa distinta, permitiendo que los alumnos expresen su experiencia y cierre de ciclo de una manera única:
- Emotivo
Este estilo se enfoca en transmitir sentimientos sinceros como el cariño, la gratitud y la tristeza por la despedida. Utiliza un lenguaje cálido y cercano para conectar con el corazón del público. - Narrativo (cuento corto)
Convierte la despedida en una historia o metáfora, como si fuera un cuento o una aventura épica. Esto permite representar el recorrido escolar como una experiencia mágica y significativa. - Divertido y cómplice
Su tono es ligero, gracioso y espontáneo. Refleja anécdotas escolares, bromas internas o gestos cotidianos que generan empatía con los oyentes y permiten terminar el ciclo con alegría. - Inspirador
Busca motivar a los compañeros y a sí mismos, recordando que el cambio es una oportunidad de crecimiento. Utiliza frases de aliento y reflexión que transmiten esperanza, confianza y entusiasmo por lo que viene. - Agradecido
Se centra exclusivamente en expresar gratitud hacia todos los que formaron parte del camino: maestros, compañeros, familia y personal escolar. Tiene un tono sereno, humilde y afectuoso. - Poético
Utiliza figuras literarias como metáforas, imágenes sensoriales y versos. Es un estilo sensible y artístico que convierte las emociones en palabras cargadas de belleza y simbolismo. - Musical/rítmico
Adopta un formato de rap, canto o rima con ritmo marcado. Es ideal para presentaciones vivas y creativas, donde se combina lenguaje coloquial con intención performática. - Reflexivo
Lleva al oyente a pensar con profundidad sobre lo que significó la etapa escolar. Se basa en la introspección, el aprendizaje emocional y el valor de las experiencias vividas, sin adornos innecesarios. - Épico y aventurero
Presenta la escuela como un mundo fantástico lleno de retos y conquistas. Usa un lenguaje heroico, como si los alumnos fueran protagonistas de una misión. Es un estilo poderoso y lúdico. - Nostálgico
Evoca recuerdos con una mezcla de dulzura y melancolía. Este estilo rescata la emoción de lo que se va perdiendo, pero también reconoce el valor de lo vivido. Apela a la memoria afectiva.