Evaluación Formativa en la Nueva Escuela Mexicana: Concepto, Dimensiones y Práctica Docente

En el contexto de la transformación educativa que impulsa la Nueva Escuela Mexicana (NEM), la evaluación ha dejado de ser un proceso meramente calificativo para convertirse en una herramienta pedagógica poderosa que acompaña el aprendizaje.

En esta visión, la evaluación formativa cobra un papel central: no busca emitir juicios finales, sino retroalimentar, comprender y mejorar los procesos educativos en tiempo real.

Este enfoque está sustentado por el Plan de Estudios 2022 y documentos oficiales de la Secretaría de Educación Pública (SEP), como “La evaluación formativa es un reto pedagógico-didáctico”, el cual propone una práctica evaluativa centrada en el estudiante, basada en la reflexión, el análisis del error y la reconfiguración continua de la enseñanza.

 

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En este blog, exploraremos qué es la evaluación formativa desde esta mirada, sus dimensiones, estrategias prácticas y su relación con los campos formativos.

 

¿QUÉ ES LA EVALUACIÓN FORMATIVA SEGÚN LA SEP Y LA NUEVA ESCUELA MEXICANA?

La evaluación formativa, de acuerdo con la SEP y el modelo de la NEM, es un proceso continuo de acompañamiento que permite identificar lo que los estudiantes saben, comprenden y saben hacer, para retroalimentar de forma oportuna y significativa sus aprendizajes.

A diferencia de la evaluación sumativa (que se enfoca en asignar una calificación final), la evaluación formativa busca intervenir en el proceso mientras este ocurre. Es decir, no espera a que el alumno “termine” para evaluar, sino que se convierte en parte del mismo proceso de aprender.

Uno de los principios fundamentales es que la evaluación formativa no se limita a aplicar instrumentos; se trata de leer el aprendizaje a través de observaciones, interacciones, reflexiones orales y escritas, así como el análisis del error. Como bien señala el documento oficial:

“La evaluación formativa no es solo continua, sino que implica intervenir, acompañar, detenerse en el momento oportuno para reflexionar con el grupo, y resignificar la enseñanza.”

 

DIMENSIONES DE LA EVALUACIÓN FORMATIVA

La SEP propone entender la evaluación formativa desde dos dimensiones fundamentales, que deben convivir de forma integrada:

🧠 Dimensión del estudiante

Esta dimensión implica que los alumnos se conviertan en participantes activos de su propio aprendizaje. El estudiante:

• Reflexiona sobre lo que sabe y lo que le falta por aprender.

• Aprende a reconocer sus logros y dificultades sin miedo al error.

• Participa en la evaluación mediante autoevaluaciones, coevaluaciones y momentos de reflexión.

Esto fomenta un ambiente donde el error no se penaliza, sino que se convierte en una oportunidad para aprender.

👩‍🏫 Dimensión del docente

En esta dimensión, el docente no solo observa, sino que actúa en el presente:

• Ajusta sus estrategias pedagógicas con base en lo que observa.

• Interviene de forma inmediata cuando detecta una dificultad común.

• Se convierte en un guía que facilita procesos de pensamiento y reflexión, no solo en un evaluador externo.

Ambas dimensiones se retroalimentan constantemente: cuando el estudiante se autoevalúa, le proporciona al docente información valiosa para redirigir su enseñanza.

 

REFLEXIÓN SOBRE EL ERROR Y LA RETROALIMENTACIÓN

Uno de los aportes más relevantes del documento oficial de la SEP es el cambio en la mirada sobre el error. En la evaluación formativa, el error no se castiga, se analiza.

El docente debe:

• Propiciar un clima emocional seguro.

• Dialogar con el grupo sobre los errores más frecuentes.

• Acompañar al alumno a comprender por qué cometió el error y cómo mejorar.

Este enfoque cambia la lógica de “evaluar para calificar” por la de evaluar para mejorar. La retroalimentación juega un papel clave: debe ser clara, oportuna, específica y orientada a la mejora, no al juicio.

💡 Ejemplo práctico:
Al detectar que varios estudiantes cometieron el mismo error en una actividad de fracciones, el docente detiene la clase y propone una reflexión grupal para identificar el error, sus causas y cómo corregirlo. Así, el aprendizaje se convierte en un proceso compartido.

 

ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS Y PROPUESTAS DE LA SEP

La evaluación formativa, como práctica pedagógica viva, requiere que el docente intervenga en el momento oportuno con actividades que permitan al estudiante reflexionar, identificar sus avances y comprender sus errores. El documento de la SEP propone varias estrategias accesibles y eficaces para lograrlo.

Estrategia 1: Momentos de reflexión breve

Al cierre o durante la clase, invita al grupo a completar frases como:

• “Hoy aprendí que…”

• “Me di cuenta de que…”

• “Lo que me costó trabajo fue…”

• “Necesito practicar más…”

Estas frases ayudan a que el alumno tome conciencia de su propio proceso.

Estrategia 2: Intervención en el ‘aquí y ahora’ (timing pedagógico)

Cuando el docente identifica una dificultad común, puede detener la clase brevemente para abrir una conversación con el grupo:

• ¿Qué nos está dificultando entender esto?

• ¿Qué podemos hacer diferente?

Esto convierte la evaluación en una herramienta de colectiva mejora continua.

Estrategia 3: Observación con intención formativa

Más allá de revisar trabajos escritos, es importante observar:

• Participación en actividades orales.

• Actitudes durante el trabajo en equipo.

• Procesos seguidos más que solo resultados.

El docente puede tomar notas anecdóticas o registros breves para identificar patrones.

Estrategia 4: Análisis de errores frecuentes

Utiliza errores comunes como insumo para el aprendizaje. Ejemplo:

“Veo que varios confundimos el concepto de perímetro. Vamos a revisar juntos un ejemplo y comparar con lo que hicimos.”

Este enfoque promueve la apertura, el pensamiento crítico y disminuye la ansiedad ante el error.

Estrategia 5: Portafolios de evidencias

Especialmente útiles en primaria y secundaria. Los estudiantes reúnen trabajos que reflejen su avance, seleccionan los más representativos y explican por qué. Esto promueve:

• Autoevaluación.

• Metacognición.

• Responsabilidad del aprendizaje.

Estas estrategias pueden implementarse con poco o ningún material adicional, y son compatibles con los campos formativos y ejes articuladores del Plan de Estudios 2022.

 

EJEMPLOS PRÁCTICOS POR NIVEL EDUCATIVO

La evaluación formativa se adapta a cada etapa del desarrollo escolar. A continuación, se presentan ejemplos específicos que los docentes pueden aplicar según el nivel educativo:

🧸 Preescolar

• Observación narrativa: Registrar cómo interactúan los niños durante el juego libre o guiado.

• Reflexión con títeres o dibujos: Utilizar un personaje que dialogue con el grupo: “¿Qué aprendiste hoy?”

• Registro matutino: En asamblea, los niños comentan qué saben de un tema antes de comenzar una actividad.

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📚 Primaria

• Frases incompletas al final de la clase: “Hoy entendí que…” o “Necesito practicar más…”

• Revisión grupal de errores comunes: En matemáticas, si muchos fallan en un ejercicio, se revisa juntos y se propone una solución.

• Diarios de aprendizaje: Cada semana escriben (con apoyo si es necesario) lo que aprendieron y qué les costó trabajo.

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🧑‍🏫 Secundaria

• Debates evaluados por rúbricas: Se valora el uso de argumentos, escucha activa y postura crítica.

• Rúbricas flexibles: El estudiante puede autoevaluarse y luego comparar con la del docente.

• Análisis de errores colectivos: Revisar un examen en grupo, no para calificar, sino para identificar y comprender errores comunes.

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Estas prácticas fomentan un aprendizaje significativo, reflexivo y participativo, alineado con el enfoque humanista y transformador de la Nueva Escuela Mexicana.

 

RELACIÓN CON LOS CAMPOS FORMATIVOS Y EJES ARTICULADORES

La evaluación formativa no se aplica de forma aislada: se teje directamente con los aprendizajes esperados de los campos formativos y con los valores promovidos por los ejes articuladores de la NEM.

🧱 Campos formativos

Cada campo propone habilidades, conocimientos y actitudes que deben observarse y retroalimentarse a lo largo del proceso:

• En Lenguajes, se puede observar el desarrollo de la argumentación oral o escrita.

• En Saberes y pensamiento científico, se evalúan procesos como la observación, el análisis y la inferencia.

• En Artes, se valoran la expresión y la apreciación estética, más allá del “producto final”.

🧭 Ejes articuladores

La evaluación formativa también debe considerar si el proceso de aprendizaje refleja principios como:

• Inclusión: ¿Todos los estudiantes participan activamente y comprenden los contenidos?

• Pensamiento crítico: ¿Se promueven preguntas y reflexiones profundas?

• Interculturalidad crítica: ¿Se valoran distintas formas de conocimiento y expresión?

 

🎯 Ejemplo aplicado: Al trabajar un proyecto sobre el cuidado del agua (Campo: Ética, Naturaleza y Sociedades), el docente observa cómo los estudiantes colaboran, investigan y exponen ideas, y les ofrece retroalimentación sobre su trabajo en equipo, uso de fuentes y postura ética.

Este enfoque transversal fortalece el desarrollo integral de los estudiantes y ayuda al docente a tomar decisiones pedagógicas informadas y pertinentes.

 

INSTRUMENTOS Y HERRAMIENTAS PARA LA EVALUACIÓN FORMATIVA

Aplicar la evaluación formativa no requiere instrumentos complejos, sino herramientas prácticas y significativas que permitan observar, registrar y retroalimentar.

🧾 Rúbricas descriptivas

Permiten evaluar procesos y productos según niveles de desempeño claros. Se pueden compartir con el alumnado antes de la actividad para orientar su trabajo.

✅ Listas de cotejo

Útiles para verificar si se han cumplido ciertos criterios o pasos. Funcionan bien en autoevaluaciones y coevaluaciones rápidas.

📁 Portafolios de evidencias

Compilación organizada de trabajos que muestran el progreso del alumno a lo largo del tiempo. Pueden ser físicos o digitales.

👀 Observación anecdótica

Registros breves de lo que el docente observa en el aula: interacciones, actitudes, esfuerzos, avances o dificultades. Valiosa especialmente en preescolar y primaria.

🗣️ Autoevaluaciones y coevaluaciones

Permiten que los alumnos participen activamente del proceso. Fomentan la metacognición, la responsabilidad y el respeto por la diversidad de procesos.

📱 Herramientas digitales

• Google Forms: para encuestas de reflexión o autoevaluación.

• Padlet: para recopilar opiniones, ideas o reflexiones grupales.

• Jamboard / Canva / PowerPoint colaborativo: como espacios de expresión y reflexión visual.

• Material Educativo para Docentes: Para descargar recursos educativos para evaluar

 

PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE EVALUACIÓN FORMATIVA

¿La evaluación formativa reemplaza las calificaciones?

No. Se complementa con la evaluación sumativa, pero su propósito no es emitir juicios finales, sino mejorar el proceso de aprendizaje.

¿Se puede evaluar sin pruebas escritas?

Sí. La evaluación formativa se basa en observaciones, conversaciones, trabajos, proyectos, y participación. No todo debe plasmarse en papel.

¿Qué hacer si un estudiante “no avanza”?

Reflexionar sobre las causas posibles, adaptar estrategias y brindar más acompañamiento. No se penaliza; se apoya el proceso.

¿Cómo aplicar evaluación formativa en grupos grandes?

Con estrategias simples como frases de reflexión rápida, uso de listas de cotejo, observación enfocada por equipos, entre otras.

¿Y si trabajo por proyectos o con enfoque socioemocional?

¡Perfecto! La evaluación formativa es ideal para enfoques integrales como Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) o educación socioemocional, porque prioriza el proceso y no solo el resultado.

 

CONCLUSIÓN

La evaluación formativa representa un cambio profundo en la cultura educativa: deja atrás la lógica del juicio y la calificación para abrazar un enfoque más humano, reflexivo y pedagógico. En el modelo de la Nueva Escuela Mexicana, evaluar no es calificar: es acompañar.

El documento oficial de la SEP deja claro que el error es una oportunidad de aprendizaje, y que la retroalimentación es la herramienta más poderosa que tiene un docente para transformar la enseñanza en tiempo real.

Implementar evaluación formativa no significa añadir más carga, sino reorientar la mirada docente hacia el proceso y no solo el producto, hacia la voz del alumno y no solo la rúbrica. Esto implica empatía, escucha activa y compromiso con una educación más justa y significativa.

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Editorial MD