Durante muchos años cuando se hablaba de inteligencia en las aulas el concepto sólo se relacionaba a la inteligencia académica o cognitiva donde el niño demostraba contar con el conocimiento necesario sobre materias como matemáticas, español, ciencias naturales, etc. Sin embargo, se ha demostrado que no sólo el conocimiento teórico es necesario para ser adultos exitosos.
Cada vez es más conocido el término inteligencia emocional, el cual se define como la habilidad para percibir, comprender, asimilar y regular la emociones propias y las de otros. Dicha inteligencia debe ser desarrollada desde pequeños, y la escuela juega un papel crucial para la enseñanza de la educación emocional.
Las planeaciones de preescolar, primaria y secundaria deben contar con ejercicios que ayuden a los alumnos a desarrollar estas habilidades para que puedan tener una formación completa y tengan un mejor desarrollo cuando sean adultos.
A continuación compartiremos un par de actividades para fomentar la educación emocional.
El juego del silencio
El silencio es un concepto que se debe enseñar debido a su importancia en el aprendizaje, recepción de contenido, así como en la reflexión. El silencio ayuda al alumno a concentrarse, conectarse con él mimo y a tranquilizar su mente y cuerpo.
Para realizar este ejercicio es preferible que los niños se recuesten sobre colchonetas, si el espacio o el material no lo permite pueden recostar su cabeza sobre el pupitre. Para iniciar la actividad se les indica a los niños que deberán permanecer con los ojos cerrados y en silencio total, mientras están en esta posición deberán prestar atención a los ruidos externos, y si es posible a su propia respiración.
Para dar inicio se puede usar una campana o poner una música de fondo con un volumen muy bajo, ya que el objetivo es crear un ambiente de relajación. La primera vez que se haga el ejercicio puede durar sólo un par de minutos y conforme los niños comiencen a dominarlo se amplía el tiempo.
Para finalizar el ejercicio se puede usar la misma campana o dar una palmada y pedirles que abran los ojos y después preguntarles qué escucharon y cómo se sintieron.
Expresando sentimientos positivos
Muchas veces de manera consciente o inconsciente hacemos que los niños repriman sus emociones y no les enseñamos a expresarlas, por eso esta actividad es tan relevante, el objetivo es que aprendan a identificar las emociones positivas que otros provocan en ellos y que ellos conozcan lo que ocasionan en otras personas.
Se puede trabajar en pareja o en grupos de no más de cinco niños el objetivo es que cada uno anote en una hoja las emociones positivas que les hacen sentir cada uno de los integrantes del equipo, por ejemplo: Me divierto cuando juego con Carlos en el recreo, me siento feliz cuando Ana me presta sus colores, etc. Cuando hayan logrado identificar la emoción deberán dibujarla y después decírselo a su compañero en voz alta y finalmente entregarle el dibujo.
Es probable que al principio sientan pena y les cueste trabajo pero poco a poco les será más fácil identificar emociones y comunicarlas.
Trabajar en el desarrollo de la inteligencia emocional ayudará a los alumnos a tener un mejor desarrollo. En nuestro sitio encontrarás más actividades para fomentar la educación emocional en el aula.
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