Los niños pueden iniciar un aprendizaje en el momento en que su organismo esté preparado para ello.
El mecanismo de la lectura consiste en tener capacidad visual para percibir unos signos lo suficientemente grandes, capacidad auditiva para escuchar y entender el significado, y memoria para retener esos conocimientos. El bebé tiene todas esas habilidades desde los pocos meses; por tanto, está perfectamente capacitado para aprender a leer incluso antes que a hablar. Si el niño empieza a leer pronto, no sólo adquirirá esta destreza de manera fácil y agradable, sino que además potenciará de forma extraordinaria su capacidad mental, lo que le servirá para desarrollar su inteligencia en todos los aspectos.
Una gran aventura
Leer es una de las capacidades más importantes que se adquiere en la vida y una de las funciones más elevadas del cerebro. Una gran parte de lo que se hace por medio de la lectura.
Aprende a leer es algo vital y todos los especialistas están de acuerdo en que se debe hacer lo antes posible. Esperar a los seis años, cuando el niño inicia la escolaridad, es demasiado tarde, claro que se aprende a leer después de esta edad, pero no de la misma forma ni con los mismo resultados.
Algunos padres han practicado con éxito las técnicas que se utilizan para enseñar a leer a los bebés. Sólo es cuestión de entenderlas y aplicarlas con cariño.
La sorpresa de la televisión
Quizá parezca sorprendente, pero gracias a la televisión muchos niños aprenden a leer alguna palabra. La televisión ha dado con la clave del aprendizaje infantil, sobre todo en la publicidad; un locutor pronuncia algunas palabras con gran entonación y sonoridad al tiempo que las ofrece en pantallas con caracteres muy grandes.
Para el cerebro del niño es prácticamente lo mismo tener algo a la vista y oír el sonido que lo indica. Si los caracteres de la palabra son lo bastante grandes para que el niño los pueda ver con claridad, y la voz que la pronuncia lo hace con sonidos altos y claros para que el oído los perciba bien, el niño recibe esa información y aprende la palabra sin ningún problema y rápidamente.
Elementos de lectura
Los niños siempre han podido aprender a leer desde muy pequeños, pero no lo han hecho porque no se les ha dado la oportunidad. El primer inconveniente que se presenta es el tamaño de la letra impresa, el que utilizan los adultos es demasiado pequeño para que su capacidad de percepción visual.
Algunos casos conocidos de lectores precoces aprendieron a leer con los titulares de las noticias de los periódicos, precisamente porque sus caracteres eran mayores. Los bebés pueden aprender a leer siempre que los materiales que se utilicen estén escritos con letras muy grandes. Que elemento importante es la forma como se le enseña al niño el sonido de la palabra escrita. Necesita conocer la grafía de la palabra y el sonido que tiene la misma, además de su significado. Hay que pronunciar la palabra que se está enseñando con voz sonora, con un tono y énfasis superiores a los habituales: *Aquí dice “mamá”*.
Ocasiones de aprendizaje
Enseñar a leer a un niño pequeño es muy fácil por una razón muy sencilla, el niño tiene muchos deseos de aprender a leer y aprovecha todas las oportunidades que se le presentan para hacerlo. Muchos padres lo han comprobado cuando llevan a su hijo en el automóvil y pasan por adelante de un cartel publicitario un gran letrero y le dice * ahí pone “supermercado” *, cuando vuelven a pasar por allí, el niño se anticipará y dirá *supermercado* señalando el cartel.
Los padres pueden utilizar esa misma actitud didáctica mientras preparan las comidas, mostrando los envases de los productos, que suelen llevar escrita la marca en grandes caracteres: * Aquí dice “chocolate”. El aprendizaje resultará efectivo siempre que las letras sean lo bastante grandes y que la palabra “chocolate” se pronuncia con suficiente entonación.
El momento adecuado
Los expertos aseguran que, entre los nueve meses y los cuatro años, la habilidad de los niños para absorber información es inigualable y el deseo de aprender es mayor que posteriormente. Este periodo es el óptimo para realizar el aprendizaje de la lectura, por lo que conviene no desaprovechar la ocasión. Todo lo que se haga después resultará más incómodo y difícil.
El aprendizaje debe de ser divertido y agradable para el niño, y muy gratificante para él y para sus padres. Tanto es así el proceso produce incomodidad o cancelación, el resultado es completamente nulo.
Mejoramos su rendimiento…
Ventajas del aprendizaje temprano
En todos los casos en que se ha producido un aprendizaje precoz de la lectura, preparando y planificando por los padres, los especialistas han dictaminado que el rendimiento de los niños oscilaba entre excelentes e impresionante, con el aliciente de que se mostraban muy felices y bien adaptados y su inteligencia mejoraba notablemente. Enseñarles a leer a edad temprana equivale a impulsar de forma espectacular el desarrollo de sus habilidades mentales.
¿Para qué sirve leer?
El lenguaje es la herramienta más importante de la que dispone el hombre. Con el lenguaje puede comunicarse y expresar todos sus pensamientos. Si en un momento dado necesita nuevas palabra, las inventa o las crea para usarlas de nuevo como herramienta de su pensamiento. El ser humano tiene la capacidad de emitir y recibir palabras por medio de la voz y del oído, y de escribirlas o leerlas mediante el lenguaje. Cuando estas capacidades se potencian en un niño, su habilidad general para rendir se incrementa. En otras palabras, aprender a leer temprano desarrolla la inteligencia de la persona.
Está comprobado que los niños y los jóvenes que leen bien y disfrutan de la lectura tienen muy buenos rendimientos en los estudios. Aficionarse a la lectura es garantía de éxito.
“La lectura es una de las principales fuentes de información para las personas, leyendo se estudia, se adquieren conocimientos, se perfecciona una profesión y también se disfruta. Por eso es preciso cuidar la salud de los ojos desde temprana edad.”
Ventajas sin inconvenientes
Quienes se han dedicado durante muchos años a orientar a los padres para que enseñen a leer a sus hijos pequeños han podido comprobar que este tipo de enseñanza no genera ningún problema en los niños, sino todo lo contrario. Esta habilidad capacita al niño para accesar cómodamente a cualquier información relacionada con la adquisición de conocimientos de las diferentes materias que se enseñan en los colegios e instituciones.
Los lectores muy jóvenes se distinguen en general por ser niños felices y bien adaptando que pueden relacionarse con los demás de forma muy positiva. Además, disfrutan de una gran ventaja de cara de la escolaridad: su habilidad lectora les permite anticipar muchos conocimientos que los demás compañeros tienen que adquirir gradualmente, y esa misma habilidad hace posible que se encuentren ocupados en nuevas lecturas cuando los otros están adquiriendo lo que ellos ya poseen.
“Los niños y los jóvenes que leen bien disfrutan de la lectura tienen muy buenos rendimientos en los estudios”
Un problema educativo
Entre los graves problemas que afectan a la escuela actual está el de la insuficiente capacidad de lectura de los alumnos. La mayoría ha aprendido a leer tarde y mal, y es frecuente encontrar estudiantes de secundaria con notables deficiencias en la lectura. Por el contrario, es fácil comprobar que los mejores alumnos de cualquier clase tienen en común una característica importante: son los que leen mejor.
Conscientes de esta circunstancia y estando a tiempo para prevenir cualquier problema en este sentido, los padres deberían plantearse seriamente enseñar a leer pronto y bien a sus hijos. Como muchos otros aprendizajes, el de la lectura es muy fácil cuando los niños son pequeños, se divierten aprendiendo, no supone para ellos ningún esfuerzo y tampoco les crea dificultad alguna. Si los padres fueran conscientes de los beneficios que pueden proporcionar a sus hijos enseñarles a leer en edad muy temprana, no durarían un momento en poner manos a la obra. Además, cuando más pequeño son los niños, con mayor facilidad aprenden a leer.
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