Como hemos podido apreciar, los problemas de aprendizaje por lo general encubren serios problemas de enseñanza, principalmente en los contextos sociales más postergados.
Dado que el fracaso escolar resulta ser una problemática educativa sumamente compleja, claro está que no todos los problemas son de origen social. En muchos casos, los problemas de los niños tienen raíces neurológicas, en enfermedades crónicas o en limitaciones físicas reales que deben ser contempladas. Los docentes deben estar atentos a los indicios de aquellas conductas que puedan estar dando una señal de alerta, y hacer la correspondiente derivación al profesional competente, para que este realice un rápido y certero diagnóstico. Deben ser humanistas para que permita al desarrollo de sus capacidades de acuerdo a su ritmo de aprendizaje, que le permita mejorar su autoestima libre de presiones por parte de sus maestros, compañeros y padres.
Clasificación de los problemas de aprendizaje
En este punto haremos una clasificación agrupado la caracterología que reúnen varios problemas de aprendizaje, que al maestro le permita detectarlos.
Trastornos de la actividad motora. No tiene compromiso orgánico y están vinculados con las dificultades de aprendizaje son:
Hiperactividad
El niño se presenta como muy inquieto, siempre está en movimiento, es incapaz de estar quieto un breve tiempo sin mover los pies. Toda esta situación perturba las condiciones y predisposición para el aprendizaje, pero los procesos esenciales para el aprendizaje no presentan dificultad. En la escuela subyace el desaprovechando de sus capacidades, la inestabilidad de la conducta y falta adaptación.
Hipoactividad
No es tan frecuente en la escuela, el niño es sumamente tranquilo (hasta pasa inadvertido) y cuando realiza alguna actividad, sea recreativa o pedagógica, es lento y sus reacciones ante una respuesta siempre llegan a destiempo. Esta actividad retrasa y hasta bloquea a veces el aprendizaje, cuando tiñe el desenvolvimiento del niño con inhibición generalizada.
Falta de coordinación visomotora
Esta dificultad se observa desde el primer año del ciclo escolar, ante las alteraciones de espacio, motricidad fina y gruesa y torpeza motora. Los niños presentan dificultad para las actividades de coordinación, como correr, agarrar objetos, saltar, etc., no hay buen desempeño para la escritura y actividades graficas o manuales y pueden tener dificultades en el equilibrio.
Otra conducta muy común en niños con déficit de coordinación es la perseverancia, que consiste en repetir o continuar una conducta a nivel verbal, escrito, en la lectura y en la expresión corporal.
Trastornos emocionales
Los niños que manifiestan esta dificultad en el aula acarrean problemas de conducta, problemas de aprendizaje o trastornos en la adaptación personal. Los trastornos emocionales comprometen el desarrollo de la personalidad y desestabilizan la conducta.
Los niños con trastorno de adaptación son los que no logran insertarse en el grupo e inclusive con el maestro, perturbando la comunicación, sistema fundamental para el proceso de aprendizaje. Estos casos suelen darse en los primeros años de la escolaridad y luego gradualmente se van superando.
Cuando un niño atraviesa por estos periodos donde se ve emocionalmente perturbado, el pleno actitudinal del aprendizaje se ve afectado, ya que la problemática afectiva desorganiza la predisposición del niño, que está centralizada en su propia conflictiva. El rendimiento escolar desciende; hay escasa motivación e interés y si la situación no se revierte el aprendizaje se deteriora, pudiendo llegar a necesitar un periodo de recuperación o asistencia especial. Vemos entonces que en la escuela, el niño cargado de ansiedad y conflictos, difícilmente se adaptara a los exigencias, normas y circunstancias de la escuela.
Trastornos de las funciones intelectuales
Las funciones intelectuales son las que posibilitan la activación de los procesos cognitivos para el aprendizaje.
Estas funciones son:
- Atención
- Concentración
- Percepción
- Coordinación visomotora
- Comprensión
- Razonamiento
- Memoria
Si alguna de estas funciones esta perturbada, desequilibra el aprendizaje y puede hacerlo en forma temporal o en espacios más prolongados de tiempo.
Las desestabilizaciones de las funciones pueden darse ante:
- Fatiga a los ruidos escolar
- Situación de angustia
- Disturbios en el ámbito familiar
- Inestabilidad emocional
- Agotamiento
- Trastornos de conducta
- Hiperkinesia
Cuando las fallas se dan en el binomio atención- concentración, el niño puede estar dispuesto actitudinalmente para el aprendizaje, esta desconectado, no recuerda lo trabajado en la clase, su cuaderno está incompleto y cuesta mucho motivarlo.
El déficit en comprensión y razonamiento afectan la autonomía en el aprendizaje, ya que el niño necesita que alguien lo ayude o haga de soporte constantemente, para desglosar una consigna y resolverla, para estudiar y aplicar lo aprendido en futuros aprendizajes.
Si la memoria esta perturbada, el niño no logra asimilar lo aprendido, quedando incluso el proceso de aprendizaje, y teniendo que volver siempre al punto final, sin lograr avanza. Por lo tanto cuando un niño presenta dificultades escolares y el maestro detecta que Funciones Intelectuales son las que afectan, puede ahondar más allá de éstas y ver cuál es el origen del desorden, indagando sobre el estado anímico y la situación familiar actual, o las condiciones ambientales en que se encuentra el niño.
Cuando el déficit social afecta directamente al niño, las condiciones en que se presenta en la escuela provocan diversos trastornos. Los niños al ingresar en la escuela, se enfrentan con un mundo nuevo; se inicia una etapa de transición entre el hogar y la escuela, etapa de adaptación o inadaptabilidad a una nueva estructura.
Si la consideración social no propicia un ambiente favorable, una alimentación adecuada, horas de descanso, organización familiar e interés por el desarrollo escolar, la experiencia educativa será dificultosa. Estos factores provocan desde el plano social trastornos de conducta, déficit cognitivos, deterioro actitudinal y fallas de adaptación que juegan en contra de la escuela.
Trastornos intelecto- madurativos
Estos trastornos intelectuales y madurativos no presentan relaciones con cuadros orgánicos, neurológicos o de discapacidad, sino que son productos de desequilibrios que desorganizaran el rendimiento intelectual y el estado madurativo, descompensado al aprendizaje.
El niño inmaduro tiene dificultad para enfrentarse y desenvolverse en forma autónoma, respondiendo a casa situación con valores afectivos propios y desplazando una adaptación al medio, a que a veces no responde a los parámetros esperados para su edad.
Los desórdenes intelectuales perturban la adquisición del conocimiento e identifican o bloquean la operatividad intelectual, afectando de esta manera la adquisición del aprendizaje. El niño con estos trastornos requiere una asistencia especial y personalizada, para que funcione en la escuela o dentro del aula. “El aprendizaje de estos niños es característico por su ritmo lento y dificultad de fijación, con constante necesidad de apoyo para que ese aprendizaje se afectivo”.
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